Si me dejaran arrancaría de cuajo cada uno de los ojos que me rodean y me observan. Cada pupila que se clava en mi cuerpo se convertiría en otra esfera más dentro de un bote de cristal. Cosería sus bocas y cortaría sus manos y pies para anular así cualquier posibilidad de acercamiento.
Quisiera conseguir la soledad que siempre anelo, la que siempre ando echando de menos; en cambio soy incapaz de alcanzarla. Si la veo venir, allí a la lejos, acercándose despacio, andando distraidamente, doy media vuelta y arranco a correr. Tuerzo en la siguiente esquina, esperando que los ojos me taladren, que las bocas me reclamen y que una simple caricia me ayude a volver a respirar con normalidad.
4 comentarios:
Quizá esa caricia esté ensayando todavía su tacto.
un abrazo y deja que te miren ;)
Pues busca esa caricia. Seguro que hay cola de gente que estaría encantada de darte mimitos. Besos.
Es el capricho de querer lo que no se posee. Aunque cuando estás casi a su lado, ya no resulta tan atractivo...
De todas formas demasiadas veces diría yo que las ganas de todo lo que dices en el primer párrafo invaden mi cuerpo.
Un saludo
Cuando estas en la vida no significas, cuando quieres significar estas muerto.
Con la soledad pasa lo mismo. Cuando estamos solos queremos estar con alguien, cuando estamos con alguien si no hay simbiosis o algún tipo de conexión preferimos estar solos.
Publicar un comentario