28.1.08

El huésped

Pegué un puñetazo en la pared seguido de un par de manotazos a ver si así cesaba el maldito ruido. El huésped de la habitación contigua a la mía, el de la 218, era un auténtico gilipollas. Estaba harto de sus estupideces y ya le había avisado un par de veces al cruzarnos por el pasillo: si no dejaba de molestar perdería la paciencia y las consecuencias serían muy desagradables. Me demostró una vez más que, o era un memo de campeonato o un suicida sin cerebro, porque en ese momento mi paciencia se terminó y salí de mi habitación decidido a darle una lección de una puta vez.
Llamé a su puerta con un solo golpe. De repente el ruido cesó y en un segundo me vi envuelto en un silencio tan absoluto que podía notar como si mi cabeza estuviera a punto de estallar. Abrió la puerta un tipo extraño. Era bajito, regordete y llevaba puestas unas gafas de bucear. La verdad es que no me sorprendió demasiado, ya sabéis el dicho: Dios los cría y ellos se juntan. Así que el hombre de las gafas de bucear me vio y se giró para llamar a otro que supuse sería el memo del vecino. Así fue. Se acercó con su bata de siempre, llena de mugre y mal abrochada, calzaba zapatillas de estar por casa y además, para terminar de arreglarlo, llevaba puesto un flotador, de esos con patito y todo. Intenté no fijarme en los detalles e ir al grano. Antes de ni siquiera abrir la boca, le metí un puñetazo que le partió la nariz. Con las manos en la cara y chorreando sangre, empezó a soltar una especie de gruñidos seguidos de lo que supuse serían insultos, aunque no entendía ni una palabra. Di media vuelta y volví a meterme en mi habitación.

Bebo solo, siempre es así, lo prefiero a tener que aguantar las estupideces de los vecinos. Y no me refiero al imbécil de la puerta de al lado, si no a un sinfín de personajes que pueblan el edificio y que parecen tener algo en común: me sacan de quício. Hace ya tiempo que me pregunto qué coño hago yo aquí mezclado con toda esta gente. Me sirvo otra copa, este whisky está realmente bueno, me lo trajo mi hijo el fin de semana pasado; vino con mi nieta y con su nueva pareja, una chica algo sosa pero está muy buena, eso sí. Con la copa en la mano miro por la ventana, hay veces que pierdo la noción del tiempo y no recuerdo como he llegado hasta aquí. Observo los jardines de abajo, la gente que pasea y no logro comprender porque decidí mudarme a este edificio. Intento recordar pero no puedo, al igual que no consigo entender como es posible que lo que hace un segundo era un whisky de puta madre, sepa ahora a zumo de melocotón. Esta clase de sucesos me desconciertan mucho, demasiado y a veces incluso siento pánico de lo que pueda acontecer. Nunca estoy seguro de mi mismo, de que sea capaz de dirigir mi vida. ¿Qué hago con este pijama tan horroroso siempre puesto? Llaman a la puerta, dos golpes secos y se abre (¿No debería ser yo quien la abriera?). Entra un chico con bata blanca. Me suena de algo pero no sé de qué. Le miro, me mira, se acerca despacio y, rodeando mi espalda con su brazo, me dice: Hora de la terapia, Luís, pero antes no te olvides de tomar la medicación. Le sigo la corriente por si las moscas, de verdad que estos vecinos no hay quien los entienda.

Sin título

Soy más bien una persona reservada, no suelo exteriorizar demasiado mis sentimientos, me gusta guardarlos dentro y mostrar mi mejor cara, mi capacidad de autocontrol, mi fuerza interior. Aún así, me veo ahora, después de tantos días ausente, con la necesidad de dejar aquí una pequeña explicación de lo acontecido estos últimos días. No es que deba hacerlo, ni siquiera sé muy bien por qué lo hago. Creo que se trata de expulsar, de sacar, de teclear de forma mecanizada y, por alguna extraña razón, se trata de compartir con vosotros lo que llevo dentro (creo que todo el tiempo que llevo aquí, compartiendo con vosotros mis palabras, mis gustos, han dejado una huella positiva. A muchos, la mayoría, no os conozco más que por este extraño medio de comunicación en el que se ha convertido la blogosfera y sin embargo se han ido creando unos lazos invisibles que me llevan a ahora, a este momento en el que escribo todo esto que leéis).

Mi padre falleció el pasado lunes. Después de un mes exacto, ni un día más ni un día menos, de que le ingresaran en el hospital diagnosticándole una Leucemia aguda. Ha sido un mes horrible, de nervios, de horas de sueño perdido, de miedos y también de esperanzas, hasta que un maldito hongo lo mandó todo a la mierda. Fin.

Ahora queda la vuelta a la "normalidad", la vuelta al trabajo, a las obligaciones diarias (aunque, evidentemente, no las dejé de lado completamente; suerte que mi princesita, Aina, me da la fuerza y la alegría necesarias para tirar). Vuelvo aquí, a mi rincón de penas y alegrías. Vuelvo con ganas de mejorar, con ganas de vivir.

Gracias por todo.

Ainhoa

9.1.08



"...Don't you worry about the distance
I'm right there if you get lonely
Give this song another listen
Close your eyes
Listen to my voice it's my disguise
I'm by your side..."

Hey there Delilah - Plain white T's

De adentro

Llegué justo a tiempo para correr hacia al baño y vomitar todo lo que llevaba dentro. Vomité mi vida entera junto con los versos, las palabras, las caricias y las ausencias que me regalaste. Al terminar pensé que era lo mejor que podía haber hecho pero no fue así. Lejos de sentirme como nueva me di cuenta de que me sentía vacía y una enorme tristeza me invadió sin compasión. Fue entonces cuando, al salir del baño, me encontre con un sinfín de papeles esparcidos por el suelo. Parecían crear un camino que avanzaba por el pasillo, pasando por la cocina y terminando en el salón. Despacio fui agachándome y recogiendo cada trozo de papel que encontraba a mi paso, los cogía con cuidado, con mimo; si estaban arrugados los alisaba apoyándolos en mi pecho y pasando la mano con suavidad. Uno a uno me guiaron hasta el sofá y una vez allí sentada me encontré con un montón de hojas apiladas sobre mi falda. En la primera pude leer en letras grandes: A.04. El corazón me dio un vuelco y empecé a pasar las páginas una a una. Empezaba así:

“Fue un encuentro en una estación… “


No pude dejar de leer, devoré todas y cada una de esas páginas y volví a llenarme de ti. Sin remedio.

Mi ipod


Ben Harper:

-Another lonely day
-Waiting for you
-Diamonds on the inside

3.1.08

Fragmentos XIII

Ayer, en TV3 (Televisión de Catalunya), dieron La Plaça del Diamant, adaptación de la novela de Mercè Rodoreda para el cine. Es una película que ya vi hace muchos años, al igual que también me tocó leer la novela en su momento. Justo al cambiar de canal y dar con la película, la voz en off de la protagonista recitaba lo siguiente:

«I quan pensava que havia renyit amb en Pere sentia una pena per dintre i la pena em feia adonar que havia fet una mala acció. Segur: perquè jo, que de dintre sempre havia estat molt natural, quan em recordava de la cara que havia fet en Pere, sentia la pena dolenta molt endins, com si al mig de la meva pau d’abans s’obrís una porteta que tancava un niu d’escorpins i els escorpins sortissin a barrejar-se amb la pena i a fer-la punxent i a escampar-se’m per la sang a fer-la negra. Perquè en Pere, amb la veu escanyada i les nines dels ulls amb el color entelat que li tremolava, em va dir que li havia desfet la vida. Que l’havia convertit en una mica de fang de no-res.»

«Y cuando pensaba que había reñido con Pere sentía una pena por dentro y la pena hacía que me diera cuenta de que había actuado mal. Seguro: porque yo, que por dentro siempre había sido muy natural, cuando me acordaba de la cara que había puesto Pere, sentía la pena mala muy adentro, como si en medio de mi paz anterior se abriera una puertecita que encerraba un nido de escorpiones y los escorpiones salieran a mezlarse con la pena y a hacerla punzante y a mezclarse con mi sangre y a hacerla negra. Porque Pere, con la voz ahogada y las niñas de los ojos con el color empañado que le temblaba, me dijo que le había deshecho la vida. Que lo había convertido en un poco de barro de nada.»

(no he encontrado la versión en castellano, así que esta es una traducción mía y tal vez no sea exacta)

Mercè Rodoreda "La Plaça del Diamant"
Para M al que, injustamente, nunca le he dedicado nada explícitamente en este blog. Sé que no lo leerá, pero tengo la necesidad de dejarle aquí este regalo:

Dreams

Oh my life is changing everyday
Every possible way
Though my dreams, it’s never quite as it seems
Never quite as it seems

I know I felt like this before
But now I’m feeling it even more
Because it came from you

Then I open up and see
The person fumbling here is me
A different way to be

I want more, impossible to ignore
Impossible to ignore
They’ll come true, impossible not to do
Impossible not to do

Now I tell you openly
You have my heart so don’t hurt me
For what I couldn’t find

Talk to me amazing mind
So understanding and so kind
You’re everything to me

Oh my life is changing everyday
Every possible way
Though my dreams, it’s never quite as it seems
’cause you’re a dream to me
Dream to me

The Cranberries 1992

2.1.08

Estados VII

angustiado, da.

(Del part. de angustiar).

1. adj. Que implica o expresa angustia.

2. adj. p. us. Estrecho o reducido.

3. adj. desus. Apocado, miserable.

4. m. germ. Preso y galeote.