30.12.08

Fragmentos XVI

"-Oye... - repitió él, alzando la cabeza para que ella sintiera su respiración en la garganta.
-Si, Marshall.
Sus manos se cerraron en puños que, tensos, golpearon la cama detrás de los hombros de la mujer. Luego se quedó tan quieto unos momentos que ella se llenó de un miedo extraño.
-Es así... -dijo él con una voz de la que había desaparecido toda inflexión-. El amor que siento por ti, cariño. A veces me parece que en algún instante como este..., me destruirá.
Luego ella sintió que sus manos se relajaban para posarse débilmente sobre su espalda, sintió como el catarro que había estado incubándose en él durante toda la velada hacía que su cuerpo se estremeciera, sacudido por grandes escalofríos.
-Sí -respiró ella, apretándole el cráneo contra el hueco entre sus pechos- Sí. - dijo tan pronto como las palabras y el gemido de los muelles y el olor rancio a humo en la oscuridad regresaron del lugar a donde, por un momento, todas las cosas se habían retirado."

Carson McCullers "El instante de la hora siguiente"

28.12.08

El círculo

Sientes que la vida se reduce a esas cosas más cercanas, todo dentro de un círculo que parece hacerse cada vez más y más pequeño; pero te sientes cómodo dentro de él, protegido, seguro, completo. Aun así, la mente te juega malas pasadas, la imaginación tiene alas veloces que la llevan a lugares lejanos y muy secretos. A veces la mente se alía con tus entrañas, con ese plapitar bajo el vientre; es entonces cuando el círculo se estrecha, te asfixia, te aprieta como una soga alrededor del cuello y necesitas huir. Necesitas creer, saber que tus pensamientos viajan para encontrarse con otros pensamientos, y que son ellos los que, completamente libres, hacen realidad tus sueños más oscuros. En un mundo donde todo es posible, dejas que griten y giman, que se mezclen, que se conozcan...Luego, abres los ojos y estás solo, con tu corazón latiendo fuerte y el sudor recorriendo tu espalda. Necesitas taparte, volver al círculo, pero el bajo vientre sigue palpitando.

27.12.08

Joan Margarit

L´últim sentit

Hi ha boira i és de nit. Des de l'insomni veig
tota la fosca que m'està esperant
posada com una au damunt el que he perdut.
He obert la finestra. Es dissipa la boira.
No podria oblidar tot el que et dec:
l'últim sentit de la paraula amor.
Brutal de tan exacte, el cel de nit.

Joan Margarit "Misteriosament feliç"

19.12.08

La puerta


Después de seis generaciones viviendo en la mansión las historias se sucedían una tras otra, pasando de padres a hijos y llenando las tardes silenciosas, de sobremesas largas y cálidas sentados ante la chimenea.
Y era cierto que algo inexplicable ocurría en aquella enorme casa, una habitación que iba y venía, aparecía y desaparecía a su antojo, y muy pocos eran los que habían logrado entrar en ella. Los afortunados contaban lo sucedido con los ojos chispeantes de satisfacción, envolviendo el relato con un manto de misterio algo fantasmagórico. Sucedía que, de noche, cuando la casa dormía en silencio, algún inquilino insomne, paseando por alguno de los muchos pasillos que recorrían el edificio, se había topado con una puerta que no debía estar allí. Sí, sí, una puerta que antes no estaba, una puerta que al día siguiente desaparecía y que podía volver a aparecer tiempo después en cualquier otro punto de la mansión. No tenía cerradura, estaba abierta para quien quisiera entrar, pero ocurría que si se accionaba el interruptor y la luz llenaba la estancia, nada había allí dentro, tan sólo una habitación vacía, cuatro paredes blancas y un suelo de mármol frío y brillante. Sin embargo, si se entraba a oscuras, sólo acompañados de la luz de una vela o de un pequeño farol, la estancia aparecía repleta de sombras, las que creaban la cama, la cómoda de tres cajones, el gran armario de doble hoja, las dos mesillas de noche, el perchero del rincón y la gran lámpara que colgaba del techo. Los más atrevidos habían pasado la noche tumbados en esa enorme cama, pero ninguno había podido dormir, y antes de que despuntara el alba habían regresado a sus habitaciones. Cuenta la leyenda, que solamente el viejo tío Andrés pudo dormir en ella, despertó cuando ya era de día y ya no pudo salir de allí.
De vez en cuando, si se pasea por alguno de esos pasillos, pueden encontrarse pedazos de papel por el suelo, notas escritas de puño y letra por el viejo Andrés, suplicando que alguien le saque de ahi. De momento nadie ha vuelto a ver esa maldita puerta.

Illustración: Benjamin Lacombe

Te supe frágil y desnudo...


Te supe frágil y desnudo,
tan frágil eras, tan desnudo
que se quebró tu sombra al respirar.
Abrí la puerta y las voces del agua
adoptaron la forma de tu cuerpo.
Tan leve parecías, tan al borde
de ti
que la noche aprendió
el modo de dormirse sobre el rio.

Chantal Maillard
de "La otra orilla" 1990

17.12.08

Sin cuerda ni arnés

Y de entre la apatía asomaba su pequeña nariz. Trataba de escalar, de alcanzar la cima que le permitiera salir del agujero negro en el que se había metido. Quería sentir el calor tibio, el sol de ahi afuera, respirar como los demás el aire gélido del invierno. Subía cada peldaño con miedo a tropezar, sentía un deseo irrefrenable de llegar arriba pero iba despacio, intentando saborear algo que en realidad no sabía a nada. Lo importante, lo que iba a colmar todos sus sentidos, estaba arriba del todo y hasta que no saliera del agujero no podría disfrutarlo. Así se dispuso a mirar sólo hacia adelante y hacer todo lo possible para no resbalar.
Ultimamente estoy, y me están, descubriendo nuevos grupos y magníficas canciones. Un ejemplo: los Yeah yeah yeahs.
Gràcies M.




Miles away - Yeah yeah yeahs

12.12.08

Un mal rato

A veces se me olvida, doy por supuesto que todavía estás aquí. Tal vez disfrutando de unas largas y merecidas vacaciones, tal vez sin saber de ti por, ya sabes, la vorágine diaria, los quehaceres que nos absorven, el distanciamiento involuntario. Pero no, no estás, ni aquí ni en ninguna parte. No me pondre mística porque no va conmigo, no estás y se acabó. Y es entonces, al darme cuenta de la cruda y asquerosa realidad, cuando la vista se me nubla y parece que me falta el aire. Mi corazón se arruga y se arruga hasta dolerme y no puedo creer que sea cierto. Y ya nada puede hacer desaparecer las lágrimas que inundan mi mirada ni la rabia que rebosa por cada poro de mi piel.
Te echo de menos, mucho, y no me queda más que joderme y masticarlo bien antes de tragar.

Papa, et trobo a faltar

11.12.08

Las personas curvas

Mi madre decía: a mí me gustan
las personas rectas

A mí me gustan las personas curvas,

las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.

Jesús Lizano - Novios, mamíferos y caballitos

10.12.08

Nadie sabe porqué. Por qué cada mañana deja el cuenco lleno de comida para perro, en la misma baldosa, la de color negro, en la segunda fila, la tercera empezando por la izquierda. Sobretodo teniendo en cuenta que nunca han tenido perro.

Ilustración: Benjamin Lacombe

A tiempo real II

A quince pasos de aquí, resguardada bajo un alegre edredón, descansa un ser diminuto con un alma desproporcionada por enorme y abrumadora. Respira en silencio, con los ojos cerrados; ha depositado en mi toda su confianza, su vida entera. A quince pasos de aquí, si traspasas el umbral y te adentras en la penumbra, ya no podrás escapar. Porqué huele a dulce, huele a sonrisas de verdad y te atraparán sin remedio.
Sin embargo, sin dar un solo paso, tengo soledad, tengo cervecita fresquita, tengo música que sosiega mi mente, tengo treinta y dos teclas para pulsar y crear y gritar y soñar.
Saber que tan sólo en quince pasos lo tengo todo me hace sonreir.

5.12.08

A tiempo real

Un estado de ensoñación permanente la mantiene con la mirada fija en el infinito sin ver más allá del sucio cristal. Montones de ideas, palabras, imágenes y sensaciones la llenan hasta sentir como rebosan por cada uno de sus poros. La mano, como inválida, es incapaz de cualquier movimiento y, postrada sobre su falda, permanece quieta. De golpe, las ramas de un árbol se mueven allí afuera, el viento lo agita todo y puede sentir el frío helado rompiendo contra su cara. Sus pies golpean el suelo ansiosos, los tiene fríos, cosquilleantes, como dormidos. Y al fin, toda esa montaña de ideas, palabras, imágenes y sensaciones, parecen moverse desbocadas hacia la punta de sus dedos. Sí, así es, ya llegan, suben, puede sentirlas hinchando sus venas, galopando veloces para al fin, derramarse entre un montón de teclas y perderse para siempre, convertirse en nada...o en todo.

4.12.08


¿Por qué vienes a mi, por qué escondido tras esta máscara?
Me turba tu presencia y tu calor me arranca la piel para colarse en mis entrañas.
Aquí me tienes, toda tuya, no ofreceré resistencia.
Cómeme, bébeme y déjame gritar.

Ilustración: Benjamin Lacombe "Eat me, drink me"