Cruzó la puerta sin hacer ruido. Se deshizo de los zapatos y de puntillas recorrió el pasillo hasta su habitación. La oscuridad lo cubría todo y no era capaz de ver más allá de ese manto negro. Él dormía en la cama, ajeno a la silueta que se dibujaba en el marco de la puerta. Silencio. Al poco rato los ojos se acostumbraron a la oscuridad y pudo recorrer, sin miedo a tropezar, el espacio que había entre la puerta y él. A los pies de la cama empezó a desnudarse; despacio, con cuidado, dejando la ropa bien doblada a medida que se desprendía de ella. Cuando estuvo totalmente desnuda se deslizó con sigilo bajo el edredón y se abrazó ávidamente al cuerpo caliente que seguía durmiendo.
Absorvió su calor, recorrió su pecho con la yema de los dedos y tras un beso en el cuello le susurró: ya estoy aquí, te echaba de menos. Luego, se durmió.
7 comentarios:
Aquesta si que ets tu. Felicitats!!!
- Cariño, ya estoy en casa!
Que dulce suena despertarse así en medio de la noche...
XXX
Si et va agradar "Pulp fiction" t'agradaria la meva novel·la, Un rostre que no és meu. Avui la presento Barcelona amb l'ajut de l'amic Matthew Tree. Salut, Òscar.
Delicioso momento, deliciosa escena. Delicioso, si. Besos.
Eyyy, cuánta actividad de nuevo... Me gusta :-)
Un gran retorno. Que todos sean así.
Has tornat!!!
Petonet,
Kuin
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