Perros, conejos y cerdos

Si preguntáramos seguro que practicamente todos coincidiríamos en decir que Amèlie es una película original, bonita, llena de colorido, esperanza, sueños...Es una bonita historia con mucha magia.
Es una de esas pelis que comentaba el otro día, una de esas que me daba pereza ver (tal vez porque todo el mundo te habla de ella y por llevar la contraria no quieres caer en lo que ya parece irremediable).
Tuve la oportunidad de verla en V.O. una noche de verano, tumbada en la hierba, en el foso del castillo de Montjuic, dentro del programa de lo que llaman Cinema a la fresca.
Pero bueno, volviendo a lo que iba, tal vez porque esa primera vez la vi en versión original (luego la he visto más veces doblada al castellano), y a ratos me apetecía más fijarme en todo menos en los subtítulos; quedé fascinada por los cuadros que decoraban el piso de Amèlie Poulain.
Michael Sowa (Berlin 1945) es el autor de la mayoría de esas pinturas y tambien uno de los responsables artísticos de la película.
Sus cuadros nos muestran una extraña realidad donde los animales se comportan como personas o simplemente son retratados como protagonistas absolutos de un mundo que parece habitado sólo por ellos.

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