Y en su mirada se reflejaban el silencio y la tristeza.
Se habían secado ya sus ojos y con cada aguja auyentaba sus temores.
Ni una sola palabra bonita, ni un dulce susurro en sus oidos; nadie la había querido nunca y mantenía los ojos de su muñeca cerrados para no verse reflejada en sus pupilas. Para no descubrir que, al final, se habían intercambiado los papeles y que no era más que un juguete de trapo, olvidado y solo.
Ilustración: Dani Alarcón "Voodoo girl"
3 comentarios:
Aaay,,que penica con la niña,,,
Como siempre terminas la ilustración con tus palabras.La entiendes y la complementas con un resultado bello y oscuro.
Que bien, otra pal saco,,,procederé a añadir el texto en mi blog, si te parece bien :)
Me encantaría :)
Tristeza multiplicada por melancolía.
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