9.10.07

Muros

Llega el otoño, la lluvia y las ganas de manta y sofá. Las horas muertas lo son más que nunca y el pensamiento es lo que le queda para así no pasar el tiempo contando minutos, segundos inacabables, espacios vacíos que no logra llenar.
Y es cuando el frío acecha, que levanta muros de hielo, opacos y pegajosos, ligeramente salados, que la aislan de un mundo en el que no quiere estar. Invisibles para cualquiera, esas gruesas paredes le sirven de cobijo, un escondite secreto que nadie puede encontrar, ni derribar. Se contradicen sus ganas de amar con la necesidad de tener una armadura que la proteja. Ese por si acaso que, como un eco incesante, retumba en su cabeza día tras día. Debe ser fuerte, si no terminará aplastada por la tristeza, ahogada cuando el hielo se derrita. No quiere terminar así.

9 comentarios:

amandine dijo...

y si cierras los ojos y te acurrucas tibiamente sobre mi regazo, comienza el deshielo y regresará una diminuta primavera en medio del otoño donde relatarnos mutuamente, un cuento...

un beso sin fronteras.
un sueño otoñal.

Ale dijo...

entonces buen día

Carz dijo...

Alguna vez leí algo parecido a "huía del dolor y sólo consiguió evitar la felicidad".

Un abrazo.

Imagine Photographers dijo...

MMMmmm...Somos un mundo de cotradicciones..no descanses mucho que tampoco es bueno y el curpo se acostumbra:)

El Aparcacuentos dijo...

Que miedo.....
Soledad
Rutina
Pereza
Que nunca nos fallen las ganas de vivir¡¡¡¡

Fernando García-Lima dijo...

"Cuando el frío acecha". ¿En Barcelona acecha alguna vez el frío? :-)

Sólo acechan fríos metafóricos como el tuyo, porque los meteorológicos, más bien poco. Y con cambio climático, más bien menos.

Iraultza dijo...

Si, ese por si acaso que es una querencia, pero que debe desaparecer a la misma velocidad que el frío tras un abrazo para que todo vuelva a pintarse de colores. Hace ese té con "nuves"????? Besos.

sergisonic dijo...

muros encerrando 24 horas aunque ya se oiga a gente decir el día empieza a acortarse. incongruente vida otoñal el reloj de doce números sigue marcando 24 horas.
pero por suerte.
24 horas.

en serio

one of us dijo...

...Se contradicen sus ganas de amar con la necesidad de tener una armadura que la proteja...

¡Cuanta sabiduría encerrada en una sola fease...! ¡la has clavado!

buen blog, mejor dicho, buena combinación de palabras...