Así empieza un artículo publicado por El Periódico de Catalunya este pasado sábado día 30 de junio, y sigue:
“La vida de Julio Cortázar (Bruselas, 1914 – París 1984), estuvo envuelta de fenómenos inexplicables que al mismo autor le gustaba contar a sus amigos. Una de estas historias vincula Barcelona con el principio de todas estas misteriosas casualidades y situaciones extrañas que perseguían al autor. Lo explicaba él mismo:
sus padres se instalaron cerca del Park Güell cuando tenía dos años. Ese recuerdo se borró para colarse en sus sueños mucho después.
Esta es una de las claves secretas que unen la llegada de la exposición que organiza El Centre Cultural Fundació Círculo de Lectores (Consell de Cent, 323) a la ciudad. Se trata de una pequeña selección de 4.000 libros de la biblioteca que el autor tenía en su casa parisina de la rue Martel y que en 1993 su primera esposa, la traductora Aurora Bernárdez, donó a la Fundación Juan March…”
El artículo resulta interesante a medida que nos da algunos detalles de la personalidad del escritor. Por ejemplo su escasísimo fetichismo respecto a la letra impresa. Bernárdez nos cuenta como en un viaje en tren por Italia se pusieron los dos a leer la misma novela policíaca en una edición barata: “El leia una página, la arrancaba y luego me la pasaba. Yo las tiraba por la ventana después de leerlas. Los pasajeros que nos acompañaban no podían creerlo, estaban indignados.”
Luego siguen algunas dedicatorias que otros autores le escribieron alguna vez (García Márquez, Juan Carlos Onetti, Alejandra Pizarnik, Elena Poniatowska…).
Para rematar, acaba de aparecer el sexto volumen de las obras completas de Cortázar, dedicado a su obra crítica y, además, no debemos olvidar los dos espectáculos homenaje: El jazzístico La maga y el club de la serpiente, de Quim Lecina (en el mismo centro cultural) y El perseguidor (en la programación del Grec), versión de Lurdes Barba del famoso cuento.
Como detalle, algo curioso ya que se ha hablado mucho sobre ello. En referencia al anuncio que se vale de la voz del autor narrando un fragmento de sus “Instrucciones para dar cuerda a un reloj” para anunciar un coche, y que a muy pocos les ha parecido bien; Aurora Bernárdez no duda ni un segundo en decir que él habría estado totalmente de acuerdo: "La propuesta era muy imaginativa, no se indica por ningún lado que esa sea su voz y además a él le gustaban mucho los coches, tuvo uno detrás de otro".
Y aun otro dato curioso de mano del comisario de la exposición, Jesús Marchamalo, intentando desmitificar el elitismo de otro escritor:
¿Saben quién escribió el primer eslogan de Coca-cola en Portugal? Ni más ni menos que Fernando Pessoa”.
Yo, desde luego, buscaré el modo de poder ir y pasearme entre los libros de esta biblioteca tan especial.
3 comentarios:
Cortázar en cantidades industriales y no pido nada más :P Tremendo banquete, pisando Barcelona, visitar esa biblioteca es cita obligada (pero muy a gustito) Feliz semana :)
No faltaremos, que no me ocurra lo mismo que con el resto de cosa con la excusa del poco tiempo que tengo.
Petons
Me gusta mucho este post.
Porque conozco muy bien Bruselas, Barcelona y París.
A leer más a Cortázar...
Besos! ;-)
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