Ha caido en mis manos un librito muy curioso: “MÁS cuentos infantiles políticamente correctos” de James Finn Garner.
Como cuenta el autor en la introducción:
<<…El lector sostiene en sus manos un nuevo e imperfecto –pero también honesto- intento por despojar a los cuentos “infantiles” más populares de la “cultura occidental” de las arbitrariedades y prejuicios que campaban a sus anchas en las “versiones” originales…>>
Y resulta muy divertido leer los cuentos que conocemos de toda la vida, pero con esos cambios para que no resulten ofensivos para ningún colectivo.
Un fragmento del cuento titulado “La persona durmiente de belleza superior a la media” , por todos conocida como “La bella durmiente”. Empieza así:
“Hace mucho, mucho tiempo, había un rey y una reina que convivían como camaradas en condiciones de igualdad y compartían todo, incluido el ferviente deseo de concebir un hijo. (Ello, claro está, resultaba mucho más fácil para el rey, ya que nunca tendría que enfrentarse a los transtornos del embarazo, al sufrimiento del parto y a los inconvenientes de la depresión puerperal. Podríamos, pues, calificar su anhelo de más indirecto que el de ella). Pero por más que el rey se empeñara en descargar sus más básicos instintos en la reina, seguían (o, mejor dicho, seguía ella) sin descendencia.
Un día que la reina se bañaba en un río cercano, una rana saltó sobre un nenúfar próximo al lugar en el que se encontraba. A continuación, y para su gran sorpresa, se aclaró la garganta y habló.
-Aunque probablemente no sea una buena idea traer al mundo un nuevo ser humano –dijo el anfibio mensajero-, conozco vuestros problemas conceptivos y quisiera ayudaros. Si seguís mis consejos, no tardaréis en tener una criatura.
-¡Oh, qué feliz noticia! –gorjeó la reina-. ¿Qué debo hacer para prepararme, rana? ¿Qué tengo que hacer? ¡Dímelo!
-Lo mejor que puedes hacer es montártelo en plan natural. Y, por lo que más quieras, ¡aprende a relajarte! Haz ejercicio regularmente, consume más verduras y cereales y elimina las grasas animales de tu dieta. Más tarde, si es preciso, ya te recomendaré a alguien que pueda asesorarte correctamente durante la lactancia.
La reina siguió las indicaciones de la rana y al siguiente ciclo lunar vio su cuerpo colonizado por la explotadora semilla de la monarquía.
Nueve meses después (y, no lo olvidemos, tras considerable desgaste físico por parte de la reina), una saludable y rosada persona del sexo femenino entró a formar parte del la vida del castillo. Para su denominación se consideraron numerosos nombres neutros –tales como Connor, Tucker y Taylor- que minimizaran cualquier discriminación de tipo sexual que pudiera encontrar a lo largo de su carrera (ya que, aunque había nacido princesa, sus padres jamás habrían consentido en limitar su futuro a una existencia inconsciente de ocio y privilegios). Tras consultar con unos cuantos asesores de imagen, decidieron bautizarla con el nombre de Rosamunda.”
2 comentarios:
Lo tengo AHORA mismo en mi mesita de luz ...;-)
uia...aquí hay alguien que está en la playa...je je je.
(soy yo misma...la de arriba...;-)
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