31.1.07
Ravenous
Pensaba hace un par de días en una peli que vi hace ya algunos años: Ravenous.
Es una peli del ‘99 dirigida por Antonia Bird y protagonizada por Guy Pierce, Robert Carlyle, Jeremy Davies, Jeffrey Jones y David Arquette.
En fin, que no sé por qué me vino a la cabeza. No es ni siquiera una gran película, no tiene un guión demasiado bueno y la historia está cogida un poco por los pelos, pero tiene un no sé qué que hizo que se me quedara grabada en la cabeza. El tema desde luego es para recordar: Canibalismo.
“En 1847, Estados Unidos era tierra de pioneros y gentes muertas de hambre en busca de oro. En la guerra contra Méjico aparece el capitán John Boyd (Guy Pierce), quien se ha convertido en héroe por ser un absoluto cobarde.
Es premiado con una medalla pero destinado a Sierra Nevada, en las montañas de California, donde le esperan un escaso grupo de militares.
En el pequeño fuerte irrumpe un hombre medio muerto de hambre, Colquhoun (Robert Carlyle), quien asegura que su caravana se quedó varada en el bosque junto a otros hombres. Pasó el tiempo y la comida se les acababa. Terminaron comiéndose unos a otros.”
La película resulta asfixiante, sangrienta (desde luego), un poco gore por la cantidad de sangre que aparece y bastante “rara”.
Es más, os diré que tengo lagunas a la hora de recordarla y que más que querer hacer aquí una disertación sobre el film, quiero dejar huella por la impresión que me causó.
Trailer
¿Alguien más la ha visto?
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Estados IV
indeciso, sa.
(De in-2 y el lat. decīsus, decidido).
1. adj. Dicho de una cosa: Sobre la cual no ha caído resolución.
2. adj. Perplejo, irresoluto, que tiene dificultad para decidirse.
(Hoy me quedo con la 2)
30.1.07
Patience
Shed a tear 'cause I'm missin' you
I'm still alright to smile
Girl, I think about you every day now
Was a time when I wasn't sure
But you set my mind at ease
There is no doubt
You're in my heart now
Said, woman, take it slow
It'll work itself out fine
All we need is just a little patience
Said, sugar, make it slow
And we come together fine
All we need is just a little patience
(patience)
Mm, yeah
I sit here on the stairs
'Cause I'd rather be alone
If I can't have you right now
I'll wait, dear
Sometimes I get so tense
But I can't speed up the time
But you know, love
There's one more thing to consider
Said, woman, take it slow
And things will be just fine
You and I'll just use a little patience
Said, sugar, take the time
'Cause the lights are shining bright
You and I've got what it takes
To make it, We won't fake it,
I'll never break it
'cause I can't take it
[whistle]
...little patience, mm yeah, mm yeah
need a little patience, yeah
just a little patience, yeah
some more patience, yeah
need some patience, yeah
could use some patience, yeah
gotta have some patience, yeah
all it takes is patience,
just a little patience
is all you need
I BEEN WALKIN' THE STREETS AT NIGHT
JUST TRYIN' TO GET IT RIGHT
HARD TO SEE WITH SO MANY AROUND
YOU KNOW I DON'T LIKE
BEING STUCK IN THE CROWD
AND THE STREETS DON'T CHANGE
BUT BABY THE NAME
I AIN'T GOT TIME FOR THE GAME
'CAUSE I NEED YOU
YEAH, YEAH, BUT I NEED YOU
OO, I NEED YOU
WHOA, I NEED YOU
OO, ALL THIS TIME
(ah)
I'm still alright to smile
Girl, I think about you every day now
Was a time when I wasn't sure
But you set my mind at ease
There is no doubt
You're in my heart now
Said, woman, take it slow
It'll work itself out fine
All we need is just a little patience
Said, sugar, make it slow
And we come together fine
All we need is just a little patience
(patience)
Mm, yeah
I sit here on the stairs
'Cause I'd rather be alone
If I can't have you right now
I'll wait, dear
Sometimes I get so tense
But I can't speed up the time
But you know, love
There's one more thing to consider
Said, woman, take it slow
And things will be just fine
You and I'll just use a little patience
Said, sugar, take the time
'Cause the lights are shining bright
You and I've got what it takes
To make it, We won't fake it,
I'll never break it
'cause I can't take it
[whistle]
...little patience, mm yeah, mm yeah
need a little patience, yeah
just a little patience, yeah
some more patience, yeah
need some patience, yeah
could use some patience, yeah
gotta have some patience, yeah
all it takes is patience,
just a little patience
is all you need
I BEEN WALKIN' THE STREETS AT NIGHT
JUST TRYIN' TO GET IT RIGHT
HARD TO SEE WITH SO MANY AROUND
YOU KNOW I DON'T LIKE
BEING STUCK IN THE CROWD
AND THE STREETS DON'T CHANGE
BUT BABY THE NAME
I AIN'T GOT TIME FOR THE GAME
'CAUSE I NEED YOU
YEAH, YEAH, BUT I NEED YOU
OO, I NEED YOU
WHOA, I NEED YOU
OO, ALL THIS TIME
(ah)
Patience - Guns'n'Roses
29.1.07
Imitando a Wodehouse
No sé si os comenté que había encontrado un blog de lo más interesante. Bien, sin duda alguna lo es para mi y ahora quisiera compartirlo con vosotros.
Como sabréis, soy una gran seguidora de P.G.Wodehouse y en este blog me topé con una iniciativa que me ha parecido de lo más apetitosa. Se trata de atreverse a escribir un relato "al estilo Wodehouse". Un relato totalmente inventado. Puede ser un relato escrito por ti de principio a fin, o empezar una historia para ir dejando que los demás añadan su parte y, al final, terminar con una historia que habremos hecho entre todos.
Yo he optado por la segunda opción, y me he atrevido a empezar una historia que aquí mismo os dejo:
El sombrero, la dama, y los rosales de tía Agatha
"Es sabido que los Wooster somos de ese tipo de personas capaces de mantenerse en su lugar por muy dificiles que se pongan las cosas. Gente paciente, astuta, con una gran capacidad de adaptación y mucha maestría a la hora de afrontar cualquier situación, aunque esta sea de lo más embarazosa. Podría decirse que a los Wooster no se les amedrenta con facilidad.
En todas estas cosas estaba yo pensando mientras tomaba mi baño matutino, cuando unos golpecitos en la puerta interrumpieron el hilo de mi razonamiento.
-Adelante, Jeeves –dije con un tono áspero que quise hacer notar.
-Señor.
-Si, Jeeves…¿Qué es tan urgente que no puede esperar ni cinco minutos?
-Perdone el atrevimiento, señor. He pensado que querría que le informara de inmediato.
He de aclarar, que no suelo ponerme nervioso con facilidad, el carácter de los Wooster, ya saben. Pero esta vez algo me decía que las cosas podían ponerse feas. Sólo hacía falta fijarse en la barbilla de Jeeves, esa barbilla lo decía todo.
-Bien-dije con naturalidad, intentando no reflejar mi asombro y, por qué no decirlo, mis nervios, que poco a poco empezaban a hacerse notar- ¿De qué se trata, Jeeves?
-Ha llegado este telegrama urgente para usted. Es de su tía Agatha y viene con la palabra “urgente” impresa en su parte posterior. He pensado que si Lady Worplesdon dice que es “urgente” es que debe serlo.
-Cierto, Jeeves, cierto. Si no lo fuera para qué iba a escribirlo.
-Eso es lo que he pensado, señor.
-Si es urgente, es urgente. Léame ese telegrama, Jeeves, haga el favor.
-En seguida señor:
Miserable gusano. Te necesito inmediatamente en Hertfordshire. Urgente.
Saludo. Tia Agatha.
Saludo. Tia Agatha.
Creanme si les digo que me quedé helado. A diferencia de mi queridísima tía Dalia, su hermana, mi tía Agatha, es un ser temible. Se diría que es una reencarnación en vida del mismísimo belcebú, y por esa razón sentí como un pinchazo en el pecho al escuchar las palabras que Jeeves acababa de pronunciar.
Hertfordshire, el último lugar de la tierra al que me apetecía viajar en ese instante. ¿Qué querría de mi mi queridísma pariente?, ¿Qué asunto habría que atender con tanta urgencia?. La verdad, no se me ocurria ninguna razón, aún así, le dije a Jeeves que preparara de inmediato mi equipaje. Partiríamos hacia Hertfordshire esa misma tarde."
P.D: Supongo que es evidente que si os agrada la idea y os veis con ganas y fuerzas de seguir con esto, podéis pasaros por el blog antes mencionado y aportar vuestro granito de arena
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En mi cabeza,
Por si a alguien le interesa
Conocí a un genio
conocí a un genio en el tren
hoy
como de 6 años de edad
se sentó a mi lado
y mientras el tren
avanzaba a lo largo de la costa
llegamos hasta el océano
entonces él me miró
y dijo,
no es hermoso.
percaté
de ello.
Charles Bukowski
Mi ipod
-Mad about you - Hooverphonics
-Paradise - Tesla
-Falling to pieces - Faith no more
-Panhandling prince - Ugly kid Joe
25.1.07
TwinSisters - Malas nenas
Al fin solas, nadie las ha visto. Con mucho cuidado, mientras una despistaba a mamá con alguna historia, inventada por supuesto; la otra abría el primer cajón de la cocina y tomaba el cuchillo más afilado de toda la casa. Quieren tanto a ese gatito, tanto, que harían cualquier cosa por él. Sabían de su obsesión por el canario del abuelo. Y es normal, porque canta tan bien, sus plumas son tan preciosas, el color tan brillante, la carne tan tierna...
"Gemelas perversas" - Twin Sisters Art
"Gemelas perversas" - Twin Sisters Art
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En mi cabeza,
Sólo para tus ojos
24.1.07
Las más horrendas
Acabo de encontrar una web que se dedica a recopilar las peores carátulas de la historia de la música. Aquí se pueden encontrar cientos de portadas de lp's de todos los tiempos. Las hay de conocidas por todos:
..y las hay que no las conocen ni en su casa a la hora de cenar, pero no por eso son menos horrorosas:
No tiene desperdicio: Museum of bad album covers: The worst album covers ever!
P.D: Me pregunto en qué estarían pensando cuando decidieron salir al mercado con semejantes diseños.
..y las hay que no las conocen ni en su casa a la hora de cenar, pero no por eso son menos horrorosas:
No tiene desperdicio: Museum of bad album covers: The worst album covers ever!
P.D: Me pregunto en qué estarían pensando cuando decidieron salir al mercado con semejantes diseños.
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Por si a alguien le interesa
23.1.07
Un puntito de melancolía
John Wayne Gacy Jr - Surfjan Stevens
22.1.07
Torpeza
De noche el sudor me invade
Los ojos abiertos, el aire viciado,
el hueco en mi cama y mis manos
buscan,
recorren,
asaltan mi cuerpo
Te buscan en cada rincón,
siguiendo los pasos que
un día
tus yemas dibujaron.
Pobres, qué ingenuas,
qué torpes sin tus besos,
sin el camino mojado
de tu saliva.
Sólo les queda el intento
Pobres, qué ingenuas
Grito ahogado
Piel mojada
La almohada no me regala
ni aromas ni susurros
Los ojos abiertos, el aire viciado,
el hueco en mi cama y mis manos
buscan,
recorren,
asaltan mi cuerpo
Te buscan en cada rincón,
siguiendo los pasos que
un día
tus yemas dibujaron.
Pobres, qué ingenuas,
qué torpes sin tus besos,
sin el camino mojado
de tu saliva.
Sólo les queda el intento
Pobres, qué ingenuas
Grito ahogado
Piel mojada
La almohada no me regala
ni aromas ni susurros
19.1.07
Mi ipod
-Castillos de cartón - Nach Scratch
-Still die - Dr. Dree & Snoop
-No scrubs - TLC
-Malo muchacho - Mucho Muchacho
18.1.07
Por la mañana...
Supongo que nos pasa a todos, y es que si al levantarnos, o mientras estamos en la ducha, o tal vez mientras andamos hacia el trabajo; escuchamos una canción alegre, una de esas que dan ganas de bailar, de saltar, de gritar y hacer el loco; el día parece que empieza mejor, con más alegría. A mi me pasa eso y, al sentarme en mi mesa de trabajo, veo las cosas de otra manera, con más optimismo.
Ayer por la noche, dándole al mando de la tele, me encontré frente una especie de carta de ajuste, tan sólo sonaba una canción, esta.
Hacía como mil años que no escuchaba yo esta cancioncita tan pegadiza y enseguida pensé que debía colgarla aquí y animar un poco estas primeras horas de un jueves que ya nos anuncia el tan esperado fin de semana.
Al amanecer - Fresones Rebeldes
Ayer por la noche, dándole al mando de la tele, me encontré frente una especie de carta de ajuste, tan sólo sonaba una canción, esta.
Hacía como mil años que no escuchaba yo esta cancioncita tan pegadiza y enseguida pensé que debía colgarla aquí y animar un poco estas primeras horas de un jueves que ya nos anuncia el tan esperado fin de semana.
Al amanecer - Fresones Rebeldes
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En clave de sol,
En mi cabeza
16.1.07
Mi ipod
-Princess Valium - The Dogs d'Amour
-The Kid from Kensington - The Dogs d'Amour
-Kirsten jet - The Dogs d'Amour
-Roll over - The Dogs d'Amour
15.1.07
Fragmentos VII
“…con muchachas que prefieren bailar mientras escuchan Star Dust o When your man is going to put you down, y huelen despacio y dulcemente a perfume y a piel y a calor, se dejan besar cuando es tarde y alguien ha puesto The blues with a feeling y casi no se baila, solamente se está de pie, balanceándose, y todo es turbio y sucio y canalla y cada hombre quisiera arrancar esos corpiños tibios mientras las manos acarician una espalda y las muchachas tienen la boca entreabierta y se van dando al miedo delicioso y a la noche, entonces sube una trompeta poseyéndolas por todos los hombres, tomándolas con una sola frase caliente que las deja caer como una planta cortada entre los brazos de los compañeros, y hay una inmóvil carrera, un salto al aire de la noche, sobre la ciudad, hasta que un piano minucioso las devuelve a sí mismas, exhaustas y reconciliadas y todavía vírgenes hasta el sábado siguiente, todo eso en una música que espanta a los cogotes de platea, a los que creen que nada es de verdad si no hay programas impresos y acomodadores, y así va el mundo y el jazz es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde y esta noche en Viena está cantando Ella Fitzgerald mientras en París Kenny Clarke inaugura una cave y en Perpignan brincan los dedos de Oscar Peterson, y Satchmo por todas partes con el don de ubicuidad que le ha prestado el Señor, en Birmingham, en Varsovia, en Milán, en Buenos Aires, en Ginebra, en el mundo entero, es inevitable, es la lluvia y el pan y la sal, algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o que quizás había otros caminos, y que el que tomaron era el mejor, pero que quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias, y que un hombre es siempre más que un hombre y siempre menos que un hombre, más que un hombre porque encierra eso que el jazz alude y soslaya y hasta anticipa, y menos que un hombre porque de esa libertad ha hecho un juego estético o moral, un tablero de ajedrez donde se reserva ser el alfil o el caballo, una definición de libertad que se enseña en las escuelas, precisamente en las escuelas donde jamás se ha enseñado y jamás se enseñará a los niños el primer compás de un ragtime y la primera frase de un blues, etcétera, etcétera.
I could sit right here and think a thousand miles away,
I could sit right here and think a thousand miles away,
Since I had the blues this bad, I can’t remember the day...”
Rayuela (Cap.17) - Julio Cortázar
I could sit right here and think a thousand miles away,
I could sit right here and think a thousand miles away,
Since I had the blues this bad, I can’t remember the day...”
Rayuela (Cap.17) - Julio Cortázar
12.1.07
Por encargo...
El Santo Job me invita a participar en esto de los memes (el primero para mi). Copiando sus palabras: Entiendo que consiste en contar 5 cosas de mí que sean secretas, o, más bien, que vosotros desconozcais...
Pues eso:
1.Fui la única niña en el equipo de futbol del cole. Jugábamos contra otros colegios y yo era siempre la única chica.
En el instituto, bastantes años más tarde, volvió a repetirse la misma historia. Lo mejor (o lo peor), el nombre que mis compañeros pusieron al equipo: “Los vergas y el chichi”. En fin, ¿con qué cara te plantas delante de los de COU luciendo semejante nombre?
2.Soy incapaz de tomarme una pastilla sin que me den arcadas. Soy lo peor a la hora de medicarme. Por suerte no suelo ponerme mala, así que me ahorro el sufrimiento.
P.D: Con 25 añitos me diluyeron un Gelocatil en agua con su azúcar y todo, y aún así me costó tomármelo. Vergonzoso.
3.Soy zurda. Vamos, que no es muy emocionante pero, ¿a que no lo sabiais?
4.Me quedé embarazada y engordé 18 Kg. Cada visita al ginecólogo, una bronca que me llevaba. Pero la verdad es que no comía más que antes. Por suerte, casi un año después, he vuelto a mi peso habitual.
5.Soy inconstante por naturaleza. Es increible que haya terminado este meme. Ya ni os cuento lo increible que resulta ver que sigo día a día con este blog.
Espero que sea la excepción que confirma la regla, ¿no?
Ala, ya está hecho. Y como la tradición pide que la cosa siga y siga...Yo animo a Sergisonic, Mutek y Ventarrón a que hagan lo mismo
Pues eso:
1.Fui la única niña en el equipo de futbol del cole. Jugábamos contra otros colegios y yo era siempre la única chica.
En el instituto, bastantes años más tarde, volvió a repetirse la misma historia. Lo mejor (o lo peor), el nombre que mis compañeros pusieron al equipo: “Los vergas y el chichi”. En fin, ¿con qué cara te plantas delante de los de COU luciendo semejante nombre?
2.Soy incapaz de tomarme una pastilla sin que me den arcadas. Soy lo peor a la hora de medicarme. Por suerte no suelo ponerme mala, así que me ahorro el sufrimiento.
P.D: Con 25 añitos me diluyeron un Gelocatil en agua con su azúcar y todo, y aún así me costó tomármelo. Vergonzoso.
3.Soy zurda. Vamos, que no es muy emocionante pero, ¿a que no lo sabiais?
4.Me quedé embarazada y engordé 18 Kg. Cada visita al ginecólogo, una bronca que me llevaba. Pero la verdad es que no comía más que antes. Por suerte, casi un año después, he vuelto a mi peso habitual.
5.Soy inconstante por naturaleza. Es increible que haya terminado este meme. Ya ni os cuento lo increible que resulta ver que sigo día a día con este blog.
Espero que sea la excepción que confirma la regla, ¿no?
Ala, ya está hecho. Y como la tradición pide que la cosa siga y siga...Yo animo a Sergisonic, Mutek y Ventarrón a que hagan lo mismo
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Der Winter
Por el yermo bosque anda con prisa. El invierno se acerca con su manto blanco helado, listo para arrasar, para calar en nuestros huesos y dejarnos sin aliento, hasta que la luz vuelva de visita y le invitemos a colarse por nuestros poros.
Der Winter - Edgar Ende, 1938
...y vosotros, ¿qué pensáis?
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-Soldadito Marinero - Fito y los Fitipaldis
-La casa por el tejado - Fito y los Fitipaldis
-Quemando tus recuerdos - Extremoduro
11.1.07
Chupar
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9.1.07
“Saving Grace” o “El jardín de la alegría”, en su versión al castellano, es otra de esas comedias británicas dignas de ser mencionadas. Al igual que los mineros de “Full monty”, o las amas de casa de “Las chicas del calendario”; Grace Trevethyn (Brenda Blethyn) se ve obligada a dar un cambio radical en su vida cuando, al suicidarse su marido, descubre que lo único que le ha dejado son deudas y más deudas y el peligro de perder su casa.
Todo empieza a complicarse cuando el jardinero de Grace, Matthew (Craig Ferguson), le pide ayuda para poder salvar unas plantitas de marihuana que tiene plantadas detrás de la rectoría. Grace le ayuda y al salvar la planta se da cuenta de que ahí hay un negocio que podría salvar su situación de absoluta ruina.
Con un argumento así, podríamos imaginar que el guión crece a base de tópicos, moralina e imágenes mil veces vistas; pero no es así.
Saving Grace resulta ser una película muy, muy divertida, original y con un puñado de personajes secundarios que consiguen dar con la fórmula perfecta. Me quedo con el policia despistado (o no tanto en realidad), y sobretodo, con las dos ancianas que confunden las hojas de maría por unas de te y acaban protagonizando una de las escenas mas hilarantes que recuerdo.
Todo empieza a complicarse cuando el jardinero de Grace, Matthew (Craig Ferguson), le pide ayuda para poder salvar unas plantitas de marihuana que tiene plantadas detrás de la rectoría. Grace le ayuda y al salvar la planta se da cuenta de que ahí hay un negocio que podría salvar su situación de absoluta ruina.
Con un argumento así, podríamos imaginar que el guión crece a base de tópicos, moralina e imágenes mil veces vistas; pero no es así.
Saving Grace resulta ser una película muy, muy divertida, original y con un puñado de personajes secundarios que consiguen dar con la fórmula perfecta. Me quedo con el policia despistado (o no tanto en realidad), y sobretodo, con las dos ancianas que confunden las hojas de maría por unas de te y acaban protagonizando una de las escenas mas hilarantes que recuerdo.
Human - Pretenders (Banda Sonora Original "Saving Grace")
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8.1.07
Mi ipod
4.1.07
Fragmentos VI
El primer telegrama me llegó inmediatamente después de mediodía y Jeeves me lo trajo con el combinado de antes del almuerzo. Era de mi tía Dahlia y venía de Market Snodsbury, un pueblo situado a dos o tres kilómetros de la carretera que conduce a su casa de campo.
Decía:
Ven en seguida. Travers.
Si les digo que me asombró sobremanera, les diré mucho menos de la verdad. La juzgué como la más misteriosa comunicación confiada jamás a los hilos telegráficos. Lo estudié con profunda atención durante dos dry Martinis. Lo examiné por el interior, lo examiné por el exterior, y me parece recordar que incluso lo olí. No me reponía de la sorpresa.
Examinen los hechos conmigo. Hacía pocas horas que nos habíamos separado, mi tía y yo, después de dos meses de estar continuamente juntos. Y he aquí que ella, todavía bajo la impresión de mi beso de despedida en la mejilla, invocaba un nuevo encuentro. Bertram Wooster no está acostumbrado a ese deseo exagerado de su presencia. Pregunten a todos los que me conocen y ellos les dirán que, después de dos meses en mi compañía, la gente normal comprende que les basta y les sobra por el momento. Incluso he conocido personas que han tenido bastante con algunos días.
Antes de sentarme a la mesa para mi suculento almuerzo, envié el siguiente telegrama:
Perplejo. Explica. Bertram.
Y la respuesta llegó durante la hora de la siesta.
¿Por qué perplejo, burro? Ven inmediatamente. Travers.
Tres cigarrillos, un par de vueltas por la habitación y he aquí mi réplica:
¿Qué entiendes tú por venir inmediatamente? Recuerdos. Bertram.
Les transmito la contestación:
Entiendo: ven inmediatamente, insoportable criatura. ¿Qué quieres que entienda? Ven inmediatamente o espera la maldición de tu tía con el primer correo de mañana. Besos. Travers.
Entonces envié el siguiente mensaje, deseando aclararlo todo lo más posible.
Cuando escribes «Ven», ¿entiendes «Ven a Brinkley Court»? Y cuando escribes «inmediatamente», ¿entiendes «inmediatamente»? Confuso. Perdido. Cariñosos recuerdos. Bertram.
Envié este mensaje mientras transcurría una tarde tranquila en el Club de los Zánganos, echando las cartas en un sombrero de copa con los mejores elementos de la sociedad del lugar.
Volviendo a casa, en el crepúsculo vespertino, hallé que la respuesta me esperaba:
Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí. No importa que comprendas o no. Ven inmediatamente como te digo y, por el amor de Dios, acaba ya con tanta pregunta. ¿Crees que me sobra el dinero para enviarte un telegrama cada diez minutos? Deja de hacer el tonto y ven en seguida. Besos. Travers.
Entonces sentí necesidad de la opinión ajena. Toqué el timbre.
—Jeeves —dije—, sucede un caso embarazoso por los parajes de Worcestershire. ¡Lea! —Y le tendí los papeles.
Los examinó.
—¿Qué piensa de eso, Jeeves?
—Pienso que mistress Travers desea que el señor vaya en seguida.
—¿También usted llega, pues, a esa conclusión?
—Sí, señor.
—Es la misma a que he llegado yo. Pero ¿por qué, Jeeves? ¡Que Dios la bendiga! ¡Si acaba de pasar dos meses conmigo!
—Sí, señor.
—Y mucha gente juzga que ha tenido una abundante dosis de mi compañía después de cuarenta y ocho horas.
—Sí, señor. Comprendo perfectamente su punto de vista. Sin embargo, me parece que mistress Travers se muestra muy insistente. Creo que debería acatar su deseo.
—¿Ir allá abajo?
—Sí, señor.
—Bien. De todos modos no puedo ir en seguida. Tengo un compromiso importante para esta noche. Se celebra en el Club de los Zánganos el cumpleaños de Pongo Twistleton, como debe recordar.
—Sí, señor.
Hubo una breve pausa. Ambos pensábamos en la desavenencia insignificante que había surgido entre nosotros, y me sentí obligado a hacer una alusión.
—Por lo que atañe a la americana blanca, no tiene usted razón.
—Es cuestión de opiniones, señor.
—Cuando la llevaba en el Casino de Cannes, todas las mujeres hermosas se hacían signos entre sí y se preguntaban: «¿Quién es?»
—Es sabida la relajación de las costumbres en los casinos continentales, señor.
—Y cuando la describí anoche Pongo quedó entusiasmado.
—¿De veras, señor?
—Y todos los presentes admitieron que habla tenido la suerte de hacer una adquisición extraordinaria. No ha habido ni una sola persona de parecer contrario.
—¿De veras, señor?
—Estoy convencido de que acabará por apreciar esa chaqueta, Jeeves.
—Temo que no, señor.
Renuncié. En estos casos es perfectamente inútil platicar con Jeeves. «¡Mula terca!» es lo único que se le podría decir. Es menester suspirar y prescindir de él.
—Bueno, volviendo a lo de antes, queda absolutamente decidido que en este momento no puedo ir a Brinkley Court, ni a otro sitio cualquiera. Le expondré mi idea, Jeeves. Déme hoja de papel y un lápiz y redactaré un telegrama, diciéndole que iré a verla la semana próxima o la siguiente. ¡Qué diantre! Que prescinda de mí algún tiempo. Basta con tener un poco de fuerza de voluntad.
—Sí, señor.
—De acuerdo, pues. Telegrafiaré: «Espérame dentro de quince días», o algo semejante. Creo que estará bien. Luego llevará inmediatamente el telegrama a la estafeta más próxima. Y así sea.
—Perfectamente, señor.
Pongo me había asegurado, la noche anterior mientras charlábamos, que su fiesta de cumpleaños adquiriría unas proporciones sorprendentes, y, en realidad, debo decir que he tomado parte en fiestas de mucha menor importancia. Pasaba bastante de las cuatro de la madrugada cuando regresé a casa, y me parecía que ya era hora de irse a descansar. Recuerdo que llegué a tientas hasta la cama y trepé a ella con dificultad, y tenía la sensación de que mi pobre cabeza acababa de apoyarse en la almohada, cuando me despertó el ruido de la puerta que se abría. Aunque estaba muy adormecido, logré levantar un párpado.
—¿El té, Jeeves?
—No, señor. Es mistress Travers.
Y un momento después me pareció que entraba una ráfaga de huracán. Era mi querida pariente que, a las cinco de la mañana, trasponía a todo vapor el umbral de mi habitación.
De acuerdo, Jeeves - P.G. Wodehouse
Decía:
Ven en seguida. Travers.
Si les digo que me asombró sobremanera, les diré mucho menos de la verdad. La juzgué como la más misteriosa comunicación confiada jamás a los hilos telegráficos. Lo estudié con profunda atención durante dos dry Martinis. Lo examiné por el interior, lo examiné por el exterior, y me parece recordar que incluso lo olí. No me reponía de la sorpresa.
Examinen los hechos conmigo. Hacía pocas horas que nos habíamos separado, mi tía y yo, después de dos meses de estar continuamente juntos. Y he aquí que ella, todavía bajo la impresión de mi beso de despedida en la mejilla, invocaba un nuevo encuentro. Bertram Wooster no está acostumbrado a ese deseo exagerado de su presencia. Pregunten a todos los que me conocen y ellos les dirán que, después de dos meses en mi compañía, la gente normal comprende que les basta y les sobra por el momento. Incluso he conocido personas que han tenido bastante con algunos días.
Antes de sentarme a la mesa para mi suculento almuerzo, envié el siguiente telegrama:
Perplejo. Explica. Bertram.
Y la respuesta llegó durante la hora de la siesta.
¿Por qué perplejo, burro? Ven inmediatamente. Travers.
Tres cigarrillos, un par de vueltas por la habitación y he aquí mi réplica:
¿Qué entiendes tú por venir inmediatamente? Recuerdos. Bertram.
Les transmito la contestación:
Entiendo: ven inmediatamente, insoportable criatura. ¿Qué quieres que entienda? Ven inmediatamente o espera la maldición de tu tía con el primer correo de mañana. Besos. Travers.
Entonces envié el siguiente mensaje, deseando aclararlo todo lo más posible.
Cuando escribes «Ven», ¿entiendes «Ven a Brinkley Court»? Y cuando escribes «inmediatamente», ¿entiendes «inmediatamente»? Confuso. Perdido. Cariñosos recuerdos. Bertram.
Envié este mensaje mientras transcurría una tarde tranquila en el Club de los Zánganos, echando las cartas en un sombrero de copa con los mejores elementos de la sociedad del lugar.
Volviendo a casa, en el crepúsculo vespertino, hallé que la respuesta me esperaba:
Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí. No importa que comprendas o no. Ven inmediatamente como te digo y, por el amor de Dios, acaba ya con tanta pregunta. ¿Crees que me sobra el dinero para enviarte un telegrama cada diez minutos? Deja de hacer el tonto y ven en seguida. Besos. Travers.
Entonces sentí necesidad de la opinión ajena. Toqué el timbre.
—Jeeves —dije—, sucede un caso embarazoso por los parajes de Worcestershire. ¡Lea! —Y le tendí los papeles.
Los examinó.
—¿Qué piensa de eso, Jeeves?
—Pienso que mistress Travers desea que el señor vaya en seguida.
—¿También usted llega, pues, a esa conclusión?
—Sí, señor.
—Es la misma a que he llegado yo. Pero ¿por qué, Jeeves? ¡Que Dios la bendiga! ¡Si acaba de pasar dos meses conmigo!
—Sí, señor.
—Y mucha gente juzga que ha tenido una abundante dosis de mi compañía después de cuarenta y ocho horas.
—Sí, señor. Comprendo perfectamente su punto de vista. Sin embargo, me parece que mistress Travers se muestra muy insistente. Creo que debería acatar su deseo.
—¿Ir allá abajo?
—Sí, señor.
—Bien. De todos modos no puedo ir en seguida. Tengo un compromiso importante para esta noche. Se celebra en el Club de los Zánganos el cumpleaños de Pongo Twistleton, como debe recordar.
—Sí, señor.
Hubo una breve pausa. Ambos pensábamos en la desavenencia insignificante que había surgido entre nosotros, y me sentí obligado a hacer una alusión.
—Por lo que atañe a la americana blanca, no tiene usted razón.
—Es cuestión de opiniones, señor.
—Cuando la llevaba en el Casino de Cannes, todas las mujeres hermosas se hacían signos entre sí y se preguntaban: «¿Quién es?»
—Es sabida la relajación de las costumbres en los casinos continentales, señor.
—Y cuando la describí anoche Pongo quedó entusiasmado.
—¿De veras, señor?
—Y todos los presentes admitieron que habla tenido la suerte de hacer una adquisición extraordinaria. No ha habido ni una sola persona de parecer contrario.
—¿De veras, señor?
—Estoy convencido de que acabará por apreciar esa chaqueta, Jeeves.
—Temo que no, señor.
Renuncié. En estos casos es perfectamente inútil platicar con Jeeves. «¡Mula terca!» es lo único que se le podría decir. Es menester suspirar y prescindir de él.
—Bueno, volviendo a lo de antes, queda absolutamente decidido que en este momento no puedo ir a Brinkley Court, ni a otro sitio cualquiera. Le expondré mi idea, Jeeves. Déme hoja de papel y un lápiz y redactaré un telegrama, diciéndole que iré a verla la semana próxima o la siguiente. ¡Qué diantre! Que prescinda de mí algún tiempo. Basta con tener un poco de fuerza de voluntad.
—Sí, señor.
—De acuerdo, pues. Telegrafiaré: «Espérame dentro de quince días», o algo semejante. Creo que estará bien. Luego llevará inmediatamente el telegrama a la estafeta más próxima. Y así sea.
—Perfectamente, señor.
Pongo me había asegurado, la noche anterior mientras charlábamos, que su fiesta de cumpleaños adquiriría unas proporciones sorprendentes, y, en realidad, debo decir que he tomado parte en fiestas de mucha menor importancia. Pasaba bastante de las cuatro de la madrugada cuando regresé a casa, y me parecía que ya era hora de irse a descansar. Recuerdo que llegué a tientas hasta la cama y trepé a ella con dificultad, y tenía la sensación de que mi pobre cabeza acababa de apoyarse en la almohada, cuando me despertó el ruido de la puerta que se abría. Aunque estaba muy adormecido, logré levantar un párpado.
—¿El té, Jeeves?
—No, señor. Es mistress Travers.
Y un momento después me pareció que entraba una ráfaga de huracán. Era mi querida pariente que, a las cinco de la mañana, trasponía a todo vapor el umbral de mi habitación.
De acuerdo, Jeeves - P.G. Wodehouse
Mi ipod
-Spiderman - The Cure
-Close to me - The Cure
-Dakota - Stereophonics
-Parklife - Blur
-Hard to handle - The Black Crowes
3.1.07
Jau Princesa, ...
...y caí rendida a tus pies.
2.1.07
Hoy
Y como ayer, el día se me antoja gris si no estás tú.
Las notas sordas, las palabras vacías, la vida sin vida.
Pero me llega la melodía lejana, de unas manos al piano.
Y en cada tecla tu nombre escrito. Y en cada compás tu aliento en mi nuca.
Estás. Sí. Y yo sonrío
Las notas sordas, las palabras vacías, la vida sin vida.
Pero me llega la melodía lejana, de unas manos al piano.
Y en cada tecla tu nombre escrito. Y en cada compás tu aliento en mi nuca.
Estás. Sí. Y yo sonrío
Mi ipod
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