Creciendo

20 Enero 2005


Te esperaba.
Lo hacía sentada en un banco, tratando de parecer tranquila, serena, como si mi corazón no latiera a mil por hora, como si pasara por allí por casualidad.
En realidad estaba muy nerviosa, loca por verte llegar.
Te vi.
Y me pasó lo mismo que me pasa siempre que te espero, siempre que me esperas...
Primero sonrio sin dejar de mirarte, luego, bajo un poco la vista...ya sabes, la timidez que a veces me puede.
Corro hacia ti, con paso acelerado, esos últimos segundos que parecen que no lleguen nunca, y al fin...al fin te beso, nos besamos.
Y te veo aún más guapo que la última vez, tus labios son más dulces, tu mirada más sincera, tu sonrisa....buf...tu sonrisa.
Allí es donde quiero vivir, en los hoyuelos de tu sonrisa.
Y te veo grande y yo me siento pequeña, pero me gusta. Porque me abrazas y entonces...entonces me dejo llevar.
Y te veo grande porque eres grande, porque eres todo lo que se puede desear, y pienso: yo quiero ser como él.
Yo quiero ser como tú.
Y como si fuéramos una sola persona pasan las horas, llega la noche y yo ya no me siento tan pequeña.
Empiezo a sentir como crezco, lo hago entre tus brazos, pero sobretodo lo hago contigo entre los mios.
Ahora yo también me siento grande, yo también puedo protegerte, yo también puedo hacerte temblar, ven...quiero abrazarte...
Nos quedamos así.
Enredados, con brazos, piernas, lenguas y besos, tu pelo y el mio, mi boca, tus ojos, esa sonrisa que me vuelve loca.
Y al día siguiente soy pequeña otra vez, soy tuya para siempre, para que me lleves junto a ti a todas partes.
¿Te vienes conmigo al País de las Maravillas? Allí podremos ser tan grandes y tan pequeños como queramos.
Agárrate a mi mano...no me sueltes nunca.