Sintió, de repente, que sus pasos se volvian silenciosos, no había eco en el callejón. Muy despacio se dio la vuelta, ni siquiera su sombra estaba allí. Gritó su nombre, con miedo a sentir su propia voz retumbando demasiado fuerte dentro de su cabeza, pero ningún sonido brotó de su garganta. Con la boca abierta como en una mueca forzada, las palabras salian mudas sin que nadie llegara a oirlas, sin que nadie acudiera a su llamada.
Pensó que tal vez se trataba de un sueño. Sí, eso era, un sueño algo retorcido, un poco angustiante, un sueño como cualquier otro, uno de esos en los que quieres correr y no puedes, de esos en los que de repente se veia desnuda en plena calle. Sí, un sueño.
Así que siguió andando, sólo sus silenciosos pasos la acompañaban, sólo ese aliento sordo, esa garganta sin vida. Qué sueño más raro, pensaba, porque de repente el callejón se parecía mucho a ese callejón que una vez recorrió cogida de su mano. Ese en el que cada portal podría contar como eran sus besos, cada rincón conocía sus secretos, cada baldosa sabía del color de su ropa interior. Al llegar al final de la calle, una oleada de aromas le abofeteó la cara, el viento despeinó su larga melena, el ruido de la gente al pasar, sus voces, sus risas, sus gritos…Parecía que de repente el mundo volvía a estar ahí fuera, ahí mismo delante de ella. Entonces, ¿entonces no se trataba de ningún sueño? Con miedo dio media vuelta, las piernas le temblaban incontroladas, el corazón parecía que le iba a salir por la boca, sentía nauseas. Las lágrimas le ofrecieron una imagen borrosa de lo que había dejado atrás o, para ser más exactos, de lo que no había dejado atrás. El callejón por el que creía haber pasado, ese que se parecía tanto a ese otro callejón, ya no estaba, no existía. Lloró, y esta vez, todos pudieron oirla.
Pensó que tal vez se trataba de un sueño. Sí, eso era, un sueño algo retorcido, un poco angustiante, un sueño como cualquier otro, uno de esos en los que quieres correr y no puedes, de esos en los que de repente se veia desnuda en plena calle. Sí, un sueño.
Así que siguió andando, sólo sus silenciosos pasos la acompañaban, sólo ese aliento sordo, esa garganta sin vida. Qué sueño más raro, pensaba, porque de repente el callejón se parecía mucho a ese callejón que una vez recorrió cogida de su mano. Ese en el que cada portal podría contar como eran sus besos, cada rincón conocía sus secretos, cada baldosa sabía del color de su ropa interior. Al llegar al final de la calle, una oleada de aromas le abofeteó la cara, el viento despeinó su larga melena, el ruido de la gente al pasar, sus voces, sus risas, sus gritos…Parecía que de repente el mundo volvía a estar ahí fuera, ahí mismo delante de ella. Entonces, ¿entonces no se trataba de ningún sueño? Con miedo dio media vuelta, las piernas le temblaban incontroladas, el corazón parecía que le iba a salir por la boca, sentía nauseas. Las lágrimas le ofrecieron una imagen borrosa de lo que había dejado atrás o, para ser más exactos, de lo que no había dejado atrás. El callejón por el que creía haber pasado, ese que se parecía tanto a ese otro callejón, ya no estaba, no existía. Lloró, y esta vez, todos pudieron oirla.
12 comentarios:
Tinc la boca seca després de llegir el relat, com la teva protagonista...
M'ha agradat molt. (Suau)
Preciós petita Princesa, preciós. M’has deixat bocabadat.
T’ho he dit milers de vegades i t’ho diré una vegada més, no hi ha dia que no em sorprenguis. Aquest text és tan bonic, tan real, tan trist, que cap imatge ho superaria.
Omples el meu vocabulari amb paraules noves per mi, no deixis mai d’escriure com fas.
T’envejo
Un petó des de qualsevol “callejón”
caminar por callejones, cada día, acompañados o solos, dejando atrás algunos para llegar a otros nuevos.
"Lloró, y esta vez, todos pudieron oírla..."
Vaya final, Princesa.
Es corto, pero está perfectamente medido...me ha encantado.
Pero el final está bordado.
El callejón ya no existía...;)
Besos...
P.D: Lo primero que hago al entrar en casa, es descalzarme ;)
¿Cuántos pares de zapatos tienes, chica-pez?... :D
G.
cuando llego a algun callejon vacio y antes que se produzca el desasosiego, busco una buena sombra donde resguarme de las miradas y observo a las demas sombras agazapadas. desde mi privilegiado escondite espero a que algun incauto pase por el callejon.
bss
Nos trajiste al callejón a llenarnos de palabras eficaces
Plas plas plas....
Petons ploraners
a la chica la faltaba su sombra.
enhorabuena
Vaja, m'he quedat sense paraules...que maco!
Un petonàs!
Kuin
Preciosa imagen.
Todos tenemos un callejón por el estilo. Aunque sea muy dentro.
yo tengo un callejón igual, pero no entro. Tengo miedo de no poder salir. o de salir. es una sensación horrible.
me ha gustado muchísimo!!
patons!
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