28.12.06

Mi ipod

Esta mañana la música me ha ayudado a soportar este terrible frío que tanto me molesta.
A estas horas, y más aún en una semana como esta, no hay mucha gente por la calle; así que con los auriculares bien puestos he pulsado el play y, mientras andaba decidida, he empezado a cantar:

-Sweet Child O'Mine - Guns'n'roses
-Don't let me be misunderstood - The Animals
-Country House - Blur

27.12.06

Mai més

Dimarts pel matí. Són més de les vuit i, com sempre, faig tard. Hauré de córrer una mica més si vull agafar el bus i no arribar a l’oficina quan la reunió ja hagi començat.
Baixo les escales, em poso nerviosa si he d’esperar que l’ascensor pugi desde abaix de tot. Passo per la seva porta, no puc evitar frenar el pas, gairebé puc sentir el seu aroma, la seva respiració a l’altra banda de la paret. Freno, no vull fer-ho, però ho faig. Amb el cor bategant-me amb força, acosto la cara, acarono la fusta amb suavitat, com si toqués la seva pell, com si tancant els ulls em transportés a les tardes de dissabte. Vaig jurar que mai més tornaria a passar, que m’oblidaria d’ell, del seu somriure, de les seves mans, dels seus llavis.
Els dissabtes eren nostres, però eren bruts i plens de remordiments. La seva dona, el meu xicot i nosaltres dos en mig d’una farsa que poc a poc ens consumia.
Més de les vuit i jo segueixo aquí, paralitzada davant la segona porta del cinquè pis. Paralitzada i amb la pell de gallina. He de marxar, a la feina m’esperen i tinc una reunió molt important. Tot i així, aquí estic, dreta davant la seva porta, dessitjant que l’obri i em faci seva un cop més. He de marxar però no em puc moure, una força invisible em té clavada al terra. Sento unes pases, s’acosten, ja són aquí. Hola, sóc jo. Passa. Jo…amb un dit als llavis em fa callar i jo, jo perdo la noció del temps entre les seves cames.
No tornarà a passar. Ho juro.

Relato publicado en Relats en català.

*En los comentarios la traducción al castellano.

22.12.06

Los besos que te he fabricado

Tirado en el sofá
intento hacer aritos de humo,
intento quemar
con un cigarro mi ansiedad.

Entre muebles que callan
por no aconsejarme,
sin amigos que ladren
que de ti me debería olvidar.

Toda una semana
para la gran cita,
y este licor que me acompaña,
mientras se vuelve la mañana,
me adormece, me marchita.

No sé qué voy a hacer
si perdí la noche,
los segundos, los cigarros.

Debería tomarme con filosofía
la botella de vino que compré ayer.
¡Qué mejor cosa puedo hacer!
Total, para lo que me ha costado...

La cena se ha quedado fría,
las velas se van a consumir,
y yo, aceptando que no vas a ser mía,
apago la luz y me voy a dormir
como si me fuese de viaje
a través de las entrañas
de tus sueños
que, a estas horas,
ya deberían
volar
en mi almohada.

Los besos que te he fabricado
los sigo guardando
junto a la risa, las caricias,
las cenizas, la brisa;
los charcos que no pisamos,
con el frío se hacen hielo.

Vuelvo a vagar solitario
por el pasillo amargo
de esta cita ingrata.

Los besos que te he fabricado
los sigo guardando
junto a la risa, la brisa,
las cenizas, las caricias, la verdad,
en un cajón del armario
de mis poemas errados
por exceso de vanidad.

Y por exceso de equipaje
me largo de tus sueños,
no quiero cansarte más
con este estúpido viaje.

No has venido.
No hay más.
Me has fallado.
Pero no voy a llorar.

Me vuelvo de espaldas
contra tu ausencia en mi cama
y como me revuelvo en las sábanas
y no puedo dormir,
me agarro a este poema
que ha nacido
de una cita mal planeada.

Agustín Sánchez Antequera
"Recordando las aceras" (1999)

Mi ipod

Cada mañana, cuando ya he dejado a mi niña en la guardería y ando decidida hacia el trabajo, me encasqueto los auriculares y pongo en marcha mi pequeño ipod.
Dejar aquí una lista de las canciones que escucho durante el camino, será como una especie de recomendación musical. Así que...22/12/06:

-We're not gonna take it - Twisted Sister
-Feel good Inc. - Gorillaz
-More than words - Extreme
-Thunder road - Bruce Springsteen

21.12.06

Fragmentos V

"Toda la noche, toda aquella noche terrible te esperé, querido mío. Apenas se hubo acostado y dormido mi madre, caminé hasta la antesala para oírte regresar. Estuve aguardando toda la noche, una noche helada de enero. Me sentía cansada, me dolían los miembros y no había una silla para sentarme; entonces me acosté en el suelo frío. Tenía puesto un vestido muy delgado y no había querido llevar allí ni una manta, temerosa de dormirme y dejar de oír tus pasos. Encogía los pies y brazos temblando; a cada instante tenía que levantarme, tal era el frío que hacía en aquella oscuridad terrible. Pero te esperaba como a mi destino.
“Al fin serían las dos o las tres de la madrugada- oí que se abría la puerta, y momentos después, pasos en la escalera. Dejé de sentir frío; cierto calor me invadió el cuerpo, y silenciosamente abrí la puerta dispuesta a salirte al encuentro y caer a tus pies... No sé, tan niña como era, lo que hubiese hecho en aquel instante. Los pasos se aproximaban y la luz de una bujía temblaba. Agarraba el pestillo con mis manos, también temblorosas. ¿Eras tú el que venía? Sí tú eras, querido mío, pero no venías solo. Oí una risa contenida y alegre, el frufrú de un vestido de seda, y a ti, que hablabas en voz baja. Volvías a casa con una mujer.
“No sé cómo he podido sobrevivir a aquella noche. A la mañana siguiente, a las ocho, me arrastraron a Innsbruck; ya no tenía fuerzas para resistir."

Carta de una desconocida - Stefan Sweig

She talks to angels



She never mentions the word addiction
In certain company
Yes, she'll tell you she's an orphan
After you meet her family

She paints her eyes as black as night, now
Pulls those shades down tight
Yeah, she gives a smile when the pain comes,
The pain's gonna make everything alright

Says she talks to angels,
They call her out by her name
Oh yeah, she talks to angels,
Says they call her out by her name

She keeps a lock of hair in her pocket
She wears a cross around her neck
Yes, the hair is from a little boy
And the cross is someone she has not met, not yet

Says she talks to angels,
Says they all know her name
Oh yeah, she talks to angels,
Says they call her out by her name

She don't know no lover,
None that I ever seen
Yeah, to her that ain't nothing
But to me, yeah me,
It means everything

She paints her eyes as black as night now
She pulls those shades down tight
Oh yeah, there's a smile when the pain comes,
The pain's gonna make everything alright, alright yeah

She talks to angels,
Says they call her out by her name
Oh yeah-eah-eah, angels
Call her out by her name
Oh-ooh-oh-oh angels
They call her out by her name
Oh-oh, she talks to angels
They call her out
Yeah-eah-eah, they call her out
Don't you know that they call her out by her name?

The Black Crowes - Shake your money maker

18.12.06

¡Pues vaya!

“P.G. Wodehouse sin duda es el escritor más divertido que haya vertido sus ideas sobre un papel”
(Hugh Laurie)


P.G. Wodehouse.
Sir Pelham Grenville Wodehouse nace en Surrey (Inglaterra) en 1881 y muere en 1975 a la edad de 93 años y con más de 100 novelas, 30 obras de teatro y unos 20 guiones para la televisión a sus espaldas.
Inexplicablemente no es un nombre conocido para la gran mayoría, y sus novelas son completas desconocidas para muchos lectores.
Yo, como legado de mi abuelo y luego de mi padre, tengo el placer de conocer su obra desde hace ya muchos años, y no puedo pasar sin recomendaros o al menos hablaros de este genio del humor que ha sido un referente para otros escritores del género como Tom Sharpe.

Para abrir boca, y como ejemplo de lo que sería un comienzo perfecto para introducirse en el alocado, divertido, exquisito y desternillante mundo de Wodehouse, os recomiendo “¡Pues Vaya! Lo mejor de Wodehouse”.
Publicada para conmemorar el 25º aniversario de su muerte, esta antología recoge los mejores relatos, trabajos no publicados anteriormente y algunos fragmentos autobiograficos, todo seleccionado por las distintas asociaciones dedicadas a la memoria del autor que hay alrededor del mundo.

Después de una introducción a cargo del actor británico Stephen Fry, nos encontramos con una pizca de cada uno de los personajes y ambientes que Wodehouse creó durante toda su carrera.
Así, empezamos con una serie de relatos donde el infalible Jeeves junto con su señor, el joven y alocado Bertie Wooster; serán protagonistas de las historias más hilarantes, llenas de confusiones, equívocos y personajes pintorescos.
Le siguen unos cuantos relatos agrupados bajo el título de Blandings, el castillo de Lord Emsworth, donde lo mejor de cada casa se reune para disfrutar de una velada al piano o de un paseo admirando los jardines del anfitrión; todo siempre amenizado por las historias más inverosímiles y las situaciones más divertidas.
Hay también una serie de relatos ambientados en el club de Los Zánganos. Local londinense, en el que los jovenes aristócratas pasan las tardes bebiendo brandy y charlando de los temas más insustanciales.
Psmith (la p es muda), también tiene su lugar aquí. Dos relatos nos lo presentan y nos dejan con ganas de más.
Golf y otros relatos, agrupa seis divertidas historias donde la aristocracia y su “tiempo libre” vuelven a ser los protagonistas.
Otros relatos nos hablan de Ukridge o El señor Mulliner.

En todos los casos, personajes que configuran las novelas de este divertido escritor.

Cierran la antología una serie de textos agrupados bajo el nombre de Teatro/Hollywood y Ensayos, versos y pensamientos sobre autores y literatura.

En resumen, un completo viaje al interior de este selecto mundo creado por Wodehouse, del que no se salva nadie. Una crítica salvaje a la aristocracia británica más rancia en clave de humor.

*Pasaje en el que Lord Emsworth reflexiona sobre el tarambana de su hijo menor, Freddie Threepwood:

"A diferencia del bacalao macho que, una vez convertido en padre de tres millones quinientos mil bacaladitos, decide animosamente quererlos a todos, el aristócrata de nuestros tiempos se da cuenta de que su hijo menor es un perfecto incordio."

11.12.06

Tiempo



Miraba sus manos y sentía el paso del tiempo. En sus arrugas se reflejaba la vida que poco a poco llegaba a su fin y que dejaba, en cada uno de sus poros, historias, paisajes, sonrisas y muchas lágrimas.
Delante del espejo peinaba sus largos cabellos plateados. Lo hacia despacio, como queriendo disfrutar del momento, pero también porque sus manos eran débiles y, probablemente, no podrían abrazar con la fuerza de antes. Eso pensaba ella y entonces, otra vez, como cada día, se acordó de él. Sonrió y al mismo tiempo sus ojos, aún con ese algo especial de antes, se inundaron y una lágrima solitaria se derramó acariciando su suave mejilla.
¿Dónde estaba?
Desde que se levantaba hasta que se acostaba, incluso durmiendo y en sus sueños más profundos, él la acompañaba y compartía con ella los días y las noches y la música de aquel piano que nunca dejaba de sonar.
Vivía sola. Era capaz de llevar su vida, de arreglarse y tener la casa en condiciones. Sus hijos vivían no demasiado lejos, pero cada uno mantenía su espacio y así todo funcionaba mejor. Ella prefería la soledad entre sus cuatro paredes. No quería irse de allí y se abrazaba a sus recuerdos porque eran lo que más necesitaba.
Durante más de cincuenta años se habían amado incondicionalmente. Nadie lo sabía. Fue un secreto compartido, un secreto tan hermoso y tierno como doloroso e injusto. Y ahora, ahora nada le quedaba más que su sonrisa y sus dulces ojos mientras la observaba. Lo hacia todo el tiempo, siempre que estaban juntos, y lo echaba de menos.
Un día desapareció. Sin una nota, sin una llamada, sin adiós ni hasta luego. Se marchó. Ella quedó a la espera de noticias, de alguna señal que le indicara que él seguía allí, a su lado de alguna manera. No hubo cartas ni llamadas, ni una palabra que pudiera consolarla. Nada.
Peinaba sus largos cabellos plateados y sonreía ante el espejo. Ahora, cuando me haya vestido, saldré al parque a dar un paseo. Que no me olvide de coger los libros, al gatito de preciosos ojos que siempre viene a hacerme compañía, le gusta que le lea.